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Domingos con Maytte: El arte de relacionarnos con los demás

«A veces somos muy exigentes con nosotros mismos y con los demás, y es posible que, sin ser conscientes de ello, les exijamos a las otras personas mucho más de lo que en realidad pueden dar»

Cuando no logramos tener relaciones personales satisfactorias casi siempre pensamos que es por culpa de los demás. No nos damos cuenta de que tal vez sean nuestra actitud y nuestro comportamiento equivocados lo que los mantiene alejados de nosotros. Cuando diferentes personas, en momentos y lugares distintos, nos hacen los mismos comentarios o se comportan con nosotros de la misma manera, es porque los atraemos a nuestra vida con nuestra actitud y comportamiento, para resolver algún asunto pendiente, para aprender algo a través de la relación, para cambiar alguna creencia o programación mental o para soltar y pasar la página definitivamente.

Es importante aprender a ser conscientes de esto para evitar que otras personas puedan herirnos con sus comentarios, actitudes o comportamientos; así lograremos salir de las situaciones difíciles más fácilmente, sin que nos lastimen tan profundamente y habiendo aprendido algo nuevo.

A veces somos muy exigentes con nosotros mismos y con los demás, y es posible que, sin ser conscientes de ello, les exijamos a las otras personas mucho más de lo que en realidad pueden dar.

Si te encuentras, una vez más, en la misma situación, pregúntate: ¿qué puedo aprender de lo que está pasándome? ¿Qué es lo que estoy haciendo para estar de nuevo en esta situación? Porque sólo entendiendo que somos parcialmente responsables de lo que vivimos, podemos iniciar un trabajo de auto observación, sin juicio y sin justificaciones, que nos lleve a encontrar en nosotros aquellas actitudes, comentarios o comportamientos negativos que pudieran ser la causa de los problemas que tenemos en el trabajo o en la vida cotidiana con algunas personas, de manera que podamos hacer algo concreto para superarlos y adquirir nuevas habilidades sociales que nos permitan tener mejores relaciones personales.

Algunas claves para cuidar nuestras relaciones personales…

Elegir las palabras que usamos al momento de expresarnos. Tener claro el mensaje que deseamos enviar y escoger las palabras o las frases más adecuadas para hacerlo evitará que digamos cosas sin pensar y que puedan ser interpretadas de una manera equivocada.

Cuidar el tono emocional en la voz. Es muy importante estar atentos para no acompañar nuestros comentarios con emociones negativas, cargadas con el estrés y la tensión de nuestros procesos personales. Recordemos que los demás no tienen nada que ver con lo que nos pasa en otras áreas de la vida.

Estar conscientes de la expresión corporal. Muchas veces la expresión de nuestro rostro dice más que muchas palabras. Relaja tu cara, afloja el entrecejo y aunque la conversación que vayas a tener sea seria dibuja una media sonrisa en tu rostro para suavizar tu expresión.

Acércate a los demás con una sonrisa. En lugar de esperar a que las demás personas tomen la iniciativa de acercarse a nosotros, usemos un comentario casual y positivo, una frase amable o un cumplido para propiciar un acercamiento.

Domingos con Maytte (La esencia es la misma)

Es sorprendente la afinidad que podemos tener
Somos personas únicas, nacidas en espacios familiares distintos y educados de manera diferente. Pero más allá de todas
hechos de la misma esencia divina, habitando un mismo planeta y buscando experimentar paz, amor
reconocimiento, seguridad, bienestar y la satisfacción de nuestras necesidades, en armonía con el universo.

Es sorprendente la afinidad que podemos tener con personas que a primera vista lucen totalmente diferentes a nosotros.

Mientras más énfasis hacemos en resaltar las diferencias que tenemos con otras personas, más solos nos quedamos. ¡Vamos!, deja de fijarte en las diferencias que tienes con tu pareja, con tus vecinos, con tus familiares, con tus compañeros de trabajo o estudio y comienza un proceso de conciliación a través de la búsqueda de tus semejanzas con los demás, para convertirte en una persona más tolerante y comprensiva. Aceptar a las personas como son nos permitirá sentirnos más a gusto con ellas y con nosotros mismos.

Cuando alguien nos reconoce desde el corazón nos sentimos queridos, apreciados y motivados a continuar haciendo nuestro mejor esfuerzo. Fija tu atención en todo lo bueno y lo positivo que también hacen los demás.

Muchas de las personas que llegan a nuestra vida vienen para enseñarnos o para recordarnos lo que hemos olvidado, pero también pueden venir para que nosotros compartamos algo con ellas. Esa persona que tanto nos afecta con su comportamiento y actitud, puede ser el maestro perfecto que necesitábamos para practicar el conocimiento que tenemos, o para reflejarnos lo que escondemos y que sigue pendiente por afrontar y resolver. Cuando estamos atentos a reconocer las reacciones que tenemos, podemos conocer cuáles son nuestros verdaderos pensamientos y sentimientos.
Vale la pena que insistamos un poco en buscar y resaltar las semejanzas que podemos tener con aquellas personas que en principio nos parecen muy diferentes. Dejemos de criticar y juzgar a las personas, y decidamos encontrar el punto de semejanza o afinidad para sintonizarnos con su esencia. Cuando somos capaces de hacerlo, nuestra familia crece y ese sentimiento acorta la distancia que nos mantenía separados. No podemos cambiar a otros, sólo podemos motivarlos con nuestro ejemplo para que se transformen a sí mismos. Decidamos aceptarlos como son.

«Vale la pena insistir en buscar y resaltar las semejanzas que podemos tener con aquellas personas que, en principio, nos parecen muy diferentes. Dejemos de criticar y de juzgar a los demás»