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CHM Hoy: Estelas

En algún lugar escuché una vez que no es lo mismo vivir que saber hacerlo, y lo creí. Transitar por la vida no es lo mismo que exprimirle hasta la última gota de aprendizaje a cada experiencia vivida; entonces es eso lo que hace la diferencia entre los seres humanos…la forma como se experimente cada vivencia y sobre todo como se comprenda, se asimile, se internalice y se use como herramienta de aprendizaje aquella simple emoción que nos movió el alma en un momento determinado. En la medida en que se acumulan experiencias, y sus enseñanzas se superan unas a otras haciéndose cada vez más compleja nuestra visión de vida; en esa misma medida nos llevamos entre los pies mucha gente con quien compartimos a diario y que se ven influenciados queramos o no por nuestras conductas y comportamientos. Es muy importante el cultivo del ser y la forma individual como cada uno de nosotros emprenda cualquier proceso de formación por mínimo  que sea, pero también tiene muchísima importancia lo que las personas que están en nuestro entorno reciben de nosotros. Por eso es que saber vivir es una tarea durísima, porque al mismo tiempo que tratamos personalmente de aprenderlo, estamos sirviendo de lección a un gran número de personas con las que convivimos diariamente. Si tratamos de aprender esto desde el intelecto, manejando todas las variables conocidas para la creación de una verdadera conciencia de vida y ordenándolas en la forma más lógica posible para obtener resultados altamente eficientes, el fracaso es casi seguro!!! Así estemos llenos de muchísimo conocimiento, no es a partir de allí desde donde se fijan los principios de la apertura consciente del espíritu. La fórmula es mucho más sencilla, simple y placentera, y sin embargo se nos hace siempre más difícil y cuesta arriba. La única forma eficiente de generar la conciencia del ser humano es desde la práctica del amor!!! Y del amor en todas sus variantes posibles…amor al trabajo, al prójimo, a la familia, a la pareja, a los animales, al planeta, a todo!!! Cuando nuestras acciones parten de allí, aquel cúmulo de conocimientos filosóficos, psicológicos y hasta científicos que nos devoramos en los libros buscando estar mejor  preparados para vivir, se vuelven completamente innecesarios porque la intuición del ser humano comienza a funcionar a la perfección sólo siguiendo el camino de la emoción sincera desplegada hacia todo cuanto hacemos. He aquí donde aparecen nuestras verdaderas estelas.

Las estelas son los verdaderos legados que podemos dejarle a los demás, las verdaderas huellas que dejamos en nuestro andar por la vida y que hacen que ellos nos recuerden con afecto, admiración, cariño y verdadero amor. Nada tienen que ver estas estelas con herencias tangibles que dejemos, con bienes materiales o con seguridades que trabajemos para dejar “amparados” a nuestros hijos y descendientes. Las estelas son las enseñanzas más puras y sencillas, pero muy profundas que podemos otorgar a nuestros semejantes a través de una palabra, de un comportamiento o de un simple gesto que vaya cargado al máximo energéticamente como para que se quede fijado en el inconsciente de aquella otra persona y le mueva el alma entera hacia la felicidad. Cuando actuamos así, generamos automáticamente que el ser que recibe nuestra estela sea feliz aunque sea por un instante, y además le dejamos una lección implícita en aquella estela incitándolo a ser una mejor persona y un mejor ser humano.

Cuando imprimimos a cualquier acción un verdadero sentido de querer hacer el bien común, llegamos a influenciar el pensamiento de seres que ni siquiera conocemos, por lo que muchas veces ni siquiera somos conscientes de cuántas y cuales estelas podemos dejar en el mundo; y de eso se trata, de hacer el bien sin esperar nada a cambio, de hacerlo porque lo sentimos verdaderamente y de hacerlo conociendo nuestros límites y medidas para no ocasionar en nosotros mismos altos niveles de sacrificios que nos lleven al sufrimiento.

Dejar estelas es dejar huellas!!! Huellas sanas, llenas de verdadero amor que inspiren a otros a seguir en la búsqueda de su camino. Hay grandes personalidades en el mundo que han dejado estelas maravillosas para muchos: grandes gobernantes, grandes filósofos, grandes artistas, y hasta grandes personalidades del cine y la canción; cuyas vidas han significado ejemplo para muchos, en primera instancia por ser públicas, y en segundo lugar por servir de inspiración a quienes les siguen por tener actos de amor muy auténticos con el resto de la gente, o por brindar amor a través de lo que hacen. Sin embargo, no hay que ser famoso ni tener una vida pública para generar estelas auténticas. Basta con regalarle a un hijo o a un buen amigo una sola palabra que lo levante si está caído o que lo haga sentir mejor así este muy bien, para marcar la vida de aquel ser en forma positiva para siempre.

Las marcas que dejamos en otras personas impulsándoles a crecer, a seguir viviendo, a aumentar su visión de la vida, a encontrar su verdadera conciencia!!!! Esas son las estelas!!! Y lo más curioso de todo es que el universo tiene unos caminos muy misteriosos y perfectamente sabios como para hacer llegar nuestras estelas a los seres que menos imaginamos; y de igual forma, algunas veces nosotros recibimos estelas en la forma más inverosímil de gente que ni siquiera sabemos de dónde salió. Por eso, porque no alcanzamos a ver con nuestra corta visión la grandeza de la sincronía universal, debemos actuar siempre desde el bien y desde el amor, de una forma natural y sincera, sin sentarnos a pensar y a estudiar metódicamente cómo hago para dejar estelas, sino deseando desde el alma que todo cuanto hago le sirva a alguien para algo bueno.

Las estelas solo se dejan cuando abandonamos nuestro ser a la confianza de que todo estará bien para mí porque sólo procuro que otros también estén bien a partir de lo poco o mucho que puedo brindarles. Aprender a detectar cuando puedo dar y cuando no, lo dice sólo la felicidad que siento cuando estoy en paz conmigo porque sé que hice lo que correspondía en un momento determinado. Alguien se dará cuenta de eso, y entonces allí estaremos dejando una estela.

Feliz día para todos y que aprendan a reconocer y a dejar estelas a lo largo de su seguro y grandioso caminar por este hermoso mundo!!
Elizabeth Craswford Pritt. Editora Estrella

Una Artista, creativa, escritora, fiel creyente del poder de la palabra y apasionada de la búsqueda de la conciencia humana. Docente por más de 25 años en Venezuela, y como ella misma diría ”Mamá de mis propias hijas y de todos los ajenos que la vida me regala a diario”

Copyright © 2012 Elizabeth Craswford Pritt & Camino a la Grandeza.  Todos los Derechos reservados.

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CHM Hoy: Deslumbramiento: disfraz del éxito.

Las exigencias del mundo actual nos hacen vivir en una eterna competencia con nuestros semejantes por lograr cosas. Coleccionar títulos, cargos y reconocimientos es una tarea que consideramos diaria para no pasar desapercibidos en una sociedad galopante que avanza a pasos agigantados. Sólo una alternativa tenemos: correr al paso que va la sociedad o pasaremos a formar parte de los tantos insatisfechos que hay caminando en las calles de nuestras ciudades. Sin embargo, yo particularmente pienso que los logros que realmente otorgan felicidad son los logros del espíritu, y esos son pocos reconocidos en diplomas o credenciales que otorgan los títulos profesionales. No quiero restarle importancia tampoco al valor que tienen esos logros tangibles: con ellos la gente eleva su autoestima, escala posiciones en su gremio y sobre todo demuestra y usa sus capacidades personales para sí mismo y para el resto de la gente. La fórmula más conveniente sería que los logros del espíritu fueran de la mano con los logros tangibles reconocidos en la sociedad y viceversa. Así se estaría formando un ser humano integral que sin ir apartado del proceso social que lo envuelve, también cultive su esencia y avance internamente hacia la autorrealización.

El problema viene cuando hay un desequilibrio interno en el ser y por no tener satisfecha su vida personal, sus sentimientos y sus emociones, entonces busca en logros externos a sí mismo  su estabilidad y aún más de su felicidad. La vida entonces nos marcará “error”. Aquí encontramos no sólo el peligro de la inconformidad contenida en ese “error”, sino la posibilidad de un deslumbramiento ante una aparente fructífera idea de probable avance social. Como hay tanta incomodidad con nuestra vida interior fantaseamos a diario con alcanzar posiciones elevadas de reconocimiento y fama en el medio donde nos desenvolvemos, creyendo erróneamente que si los alcanzamos seremos seres realizados y felices. Esas fantasías son más y más frecuentes cada vez y llega el momento en que estamos desfasados totalmente de nuestras posibilidades reales de avance, y en los casos más patéticos nos convertimos en mitómanos de oficio que creemos firmemente en éxitos sociales que jamás llegaran. Y jamás llegaran por una sola causa…el éxito se alcanza cuando en realidad no lo necesitas para vivir sino para ayudar a vivir a los demás.

Lo peor de todo esto es que invertimos gran cantidad de tiempo y energía en iniciar nuevos proyectos prácticamente a diario y luego, cuando nos damos cuenta que no tenemos bases firmes ni certeras para ejecutarlos…entonces…inventamos otro nuevo proyecto!!! Más irreal y menos alcanzable que el anterior. Bajo frases como… “aquí si voy con todo”, “esto si será un éxito” o “ahora sí es verdad que nadie me para”, establecemos planes llenos de euforia que nunca llegan a concretarse…y saben por qué???? Porque jamás ha existido un proceso desde el inicio de la idea hasta su total ejecución. Se cree que todo es fácil, nos hacemos presas de un lastimoso y volátil entusiasmo y lo último que manejamos es el trabajo constante, la disciplina y la lucha que indiscutiblemente se debe librar para demostrar que somos los mejores y los merecedores del gran éxito que deseamos conquistar.

Los planes y las metas deben estar todos girando alrededor del mismo interés o la inversión de energía será un total desperdicio. Hoy no podemos desear ser exitosos abogados y mañana pensar que abrir el mejor taller mecánico de la ciudad me hará alcanzar el éxito que tanto anhelo. La gente exitosa va trabajando poco a poco su idea, luego estudia y consigue los requerimientos necesarios para tratar de ejecutarla, luego pule y afila su ingenio pasando por todas las posiciones anteriores al estrellato y finalmente, un buen día cuando menos lo espera, el éxito premia su tesón y su buena voluntad y hace su estelar aparición. Pero andar de fantasía en fantasía y no hacernos conscientes de nuestras limitaciones y capacidades, solo nos hará deslumbrarnos ante cosas imposibles de alcanzar para nosotros. Luego de una larga colección de deslumbramientos tendrán lugar dos situaciones muy lamentables: la primera, nuestra sensación de frustración personal será insostenible y la segunda, perderemos total credibilidad ante quienes nos rodean alejando más las posibilidades de un éxito real porque nadie querrá acompañarnos en cualquier otra nueva empresa que deseemos iniciar.

Por todo lo anterior, resulta tan necesario e importante que soñemos impulsando nuestros deseos más anhelados, pero que la fantasía no nos envuelva ante irrealidades lejanas a nosotros. Igualmente resulta lo más necesario de todo que usted esté claro y enfocado en qué es lo que verdaderamente desea conquistar y que establezca pasos y procesos para lograr aquella meta. La estabilidad interior y la claridad y el equilibrio mental lo acercarán más al éxito, pero la total perdida de su brújula personal señalando a todas partes y al mismo tiempo a ninguna, no le proporcionará éxito ninguno jamás.

No se deslumbre, trabaje por su éxito!!! Y una cosa más, tenga mucho cuidado con quienes vengan a ofrecerle éxito gratis, porque eso no es más que un disfraz de éxito donde el único que saldrá perjudicado seguramente será usted.

Comience hoy cualquier proyecto sin deslumbrarse, con calma y seguridad y le auguro un gran éxito muy pronto!!! Feliz y exitoso día para todos!!!
Elizabeth Craswford Pritt. Editora Estrella

Una Artista, creativa, escritora, fiel creyente del poder de la palabra y apasionada de la búsqueda de la conciencia humana. Docente por más de 25 años en Venezuela, y como ella misma diría ”Mamá de mis propias hijas y de todos los ajenos que la vida me regala a diario”

Copyright © 2012 Elizabeth Craswford Pritt & Camino a la Grandeza.  Todos los Derechos reservados.

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