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Salud: Auyama o Calabaza para recobrar la figura

Este fruto contiene muy pocas grasas e hidratos de carbono y colabora en las funciones de desintoxicación del organismo…

Hipocalórica o ligera (aporta entre 13 a 30 calorías cada 100 gramos, según la variedad), diurética, desintoxicante, reguladora de los niveles de los niveles de azúcar en sangre y además, muy económica, la auyama o calabaza es un aliado al momento de disminuir peso o mantener la figura. Y además, saludablemente, pues este fruto -de la familia de las cucurbitáceas como el pepino, el cabello de ángel y el calabacín- es rico en fibras que ayudan a combatir el estreñimiento y en alfa y beta betacaroteno, esenciales para la belleza de la piel, las mucosas, la salud de la visión, además de prevenir el cáncer por sus propiedades antioxidantes.

La bella auyama -usada también en la decoración de la fiesta estadounidense de Halloween y como recipiente para platos festivos- también contiene vitamina C, vitaminas del grupo B, ácido fólico y minerales como calcio, magnesio, fósforo y hierro. Muchas dietas la proponen como una hortaliza ligera que puede sustituir con éxito cereales y tubérculos con alto contenido en almidón, ya sea hervida, al vapor; como puré, complemento para tortillas, guisos.

Diurética y laxante
Contiene muy pocas grasas e hidratos de carbono (5,4 gr. cada 100 gr.). Su alto contenido en potasio (entre 140 y 360 mg), así como su pobreza en sodio, le confieren poder diurético, algo muy importante cuando la figura se altera por retención de líquidos. Las personas hipertensas también se beneficiarán de ella al incluirla en su dieta.

Es ligeramente laxante gracias a la fibra dietética que contiene, lo que también colabora en la restitución del peso ideal, pues al normalizarse las funciones de eliminación también se incrementa la velocidad de metabolización de grasas y otros productos de desecho. Su pulpa, rica en mucílagos, ejerce una acción emoliente (suavizante) y protectora de la mucosa del estómago, lo que la hace apropiada en quienes sufran de acidez estomacal, mala digestión, gastritis o úlcera.

En la base de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus (http://www.nlm.nih.gov) se recomienda como alimento adecuado para dietas de adelgazamiento, de transplantados de hígado y en enfermos de diabetes tipo II.

De compras y en la cocina
En Venezuela se conocen principalmente dos variedades de auyama, la grande, de forma esférica, que presenta variaciones en el color de la pulpa y la dureza de la concha y la alargada, muy común en los Andes, conocida también como calabaza. Ambas son aptas para sopas, cremas, guisos, soufflés, tortillas, como complemento de granos o como «pan» ligero si solo se hierve -mejor hacerlo al vapor, pues como tiene un alto contenido de agua -màs del 90 por ciento.-, suele ablandarse demasiado.

También la auyama es base de preparaciones criollas como el quesillo o el ponche crema navideño, al que añade un bello color dorado. Los niños gustarán de este fruto si se hace un puré con ella luego de haberla sancochado, al que se le añaden huevos, harina de trigo y un toque de leche y azúcar; la mezcla se vierte con un cucharón en un sartén caliente -a la manera de crepes-, se cocina por unos minutos y se le agrega azúcar luego de enfriar.

La pulpa de la auyama rallada se puede consumir cruda en ensaladas o agregar en arroces y sopas cuando faltan pocos minutos para finalizar la cocción de los mismos. Si no está a régimen, puede freír bastoncitos de esta verdura, a la manera de las papas fritas, rehogarla o gratinarla. Rellena con arroz, guisos a base de vegetales, aves o mariscos y horneada, resulta deliciosa. Combinan bien con ella especias como comino o nuez moscada; la cocción realza su sabor dulce. Sus semillas, ricas en magnesio y zinc, se pueden consumir tostadas y sus flores, rellenas o rebozadas también son muy ricas. Si quiere preparar unos ñoquis más ligeros, sustituya la pulpa de papa por la de auyama.

La auyama puede durar varios meses fuera de la nevera -hasta seis- si no es cortada y conserva su rabo o pedúnculo. Una vez cocinada, se puede congelar y conservar durante unos 30 días.

Cuando la vaya a comprar, verifique que tenga la piel brillante, sin marcas y no sea excesivamente dura. Elija las que tienen un tamaño mediano, pues las más grandes pueden tener la carne más amarga.

Natalia Mendoza. Editora-Recopiladora
Periodista de nacimiento, Nutricionista de convicción y Socióloga de profesión, Nati es la fuerza creativa e innovadora de Camino a la grandeza. Recopiladora de la sección Salud y Belleza de CHM. Este Articulo Fue escrito por CARMEN ISABEL MARACARA  para la Revista Estampas (Venezuela) recopilado por nuestra Editora. Aclaramos que no es un Articulo escrito por Natalia Mendoza.

Este Articulo utiliza referencias webs de:

http://www.euroresidentes.com
http://www.telva.com
http://www.hagodieta.com
verduras.consumer.es

Copyright © 2012 .  Con licencia de publicación a cargo del Grupo CHM Para Camino a la Grandeza.com.ve. Todos los Derechos reservados.

Natalia Mendoza. Editora.
Periodista de nacimiento, Nutricionista de convicción y Socióloga de profesión, Nati es la fuerza creativa e innovadora de Camino a la grandeza

Acaricie su Estomago

La mayoría de las personas se queja del aumento de molestias digestivas después de las fiestas, sin saber que hay alimentos y rutinas cotidianas que ayudan a su recuperación.

Estudios científicos avalados por la Facultad de Medicina de la Universidad de California, Estados Unidos, aseguran que 75% de la población laboralmente activa en los países occidentales sufre molestias digestivas con frecuencia; y cuando se suceden fechas en las que las comidas copiosas son una constante, ese padecimiento intestinal aumenta.

Y es que, por más que los individuos se digan que no van a caer en excesos, la historia se repite año tras año. Por supuesto que la digestión va a depender de cómo usted se alimente durante los días de fiesta, pero existen unos sencillos consejos, acreditados por nutricionistas, que pueden ayudar a mejorarla.

Sensación de hinchazón, estreñimiento, flatulencias, incluso dolor de cabeza y dificultad para conciliar el sueño. ¿Le suenan estos síntomas? Seguro que sí. Los especialistas repiten que para evitarlos basta con llevar una dieta sana y equilibrada que sea rica en vegetales, fibra y alimentos con probióticos; y pobre en grasas saturadas, azúcar, pastelería y congelados. Seguramente el resto del año su alimentación cumple esas normas, pero ¿quién puede durante estas semanas escapar a la vorágine de las numerosas comilonas?

Esto no significa que tenga que amargarse con la comida, sino saber qué elegir, cuándo y cómo tomarlo.

Alimentos protectores

1. Agua. Si lo primero que hace por la mañana es beber un par de vasos de este líquido, estará favoreciendo el vaciado intestinal. También, tómela durante el día (de cuatro a seis vasos) para ayudar a la eliminación de tóxicos.

2. Piña y lechosa. Ambas contienen enzimas muy beneficiosas. La piña es rica en bromelina, que actúa como sustitutivo de los jugos gástricos, mejorando la digestión y destruyendo la cubierta de quitina que protege a los parásitos intestinales, que son expulsados del organismo. Por su parte, la lechosa aporta papaína que deshace las proteínas y puede suplir, parcialmente, la falta de jugos digestivos. Estas frutas se pueden tomar en jugo durante el desayuno y como postre, pero también ayudan a digerir una comida copiosa si se incluyen en ensaladas.

3. Manzana y germinados. Tomar vegetales crudos en muy saludable y las ensaladas son las preparaciones idóneas para ello, pero a veces cuesta digerirlas y provocan gases. Para evitarlo añada una manzana en trozos y un puñado de germinados.

4. Yogur y requesón. Sus organismos vivos contribuyen a normalizar algunas funciones del aparato digestivo. Una de sus notables propiedades es la de neutralizar la acidez gástrica.

5. Cereales integrales. En opinión de la nutricionista francesa Brigitte Coudray, «una porción de un alimento integral tiene más vitamina B, más hierro y más fibra que la misma porción de uno refinado». Una de las ventajas de la fibra reside en que favorece la saciedad y hace que tengamos menos hambre rápidamente. Otra de sus grandes virtudes es el efecto positivo sobre el tránsito intestinal. La fibra constituye una verdadera ayuda contra el estreñimiento. Por eso, si es fanática del pan blanco, intente sustituirlo durante unos días por su versión integral. Comprobará como mejora su tránsito intestinal, sintiéndose más ligera.

6. Cúrcuma. Constituye un gran aliado del estómago ya que combate la acidez. Además de preparar salsas para aderezas arroces, pescados o pollos, puede usarse como sustituto de la pimienta.

7. Comino e hinojo. El mejor cóctel para combatir los molestos gases y la hinchazón abdominal. Facilita la evacuación y es un auténtico tónico estomacal que combina muy bien tanto con vegetales como con carnes.

8. Canela. Es la especie digestiva por excelencia. Sus aceites esenciales estimulan los jugos gástricos y la salivación, ahorrándole así trabajo al estómago. También combate las flatulencias y muchos estudios han demostrado su eficacia para combatir el colesterol.

9. Boldo. Las infusiones de esta planta son estupendas para el buen funcionamiento del hígado y el páncreas, debido a que estimula la producción de bilis desde la vesícula, favoreciendo la digestión; también tiene un efecto diurético.

Hábitos que ayudan

Lo que se come es esencial, pero también lo es la actitud ante la mesa. Y es que si no mastica adecuadamente, ingiere los alimentos bajo un estado de tensión, lleva una vida muy sedentaria o respira de forma incorrecta, su aparato digestivo también se resentirá, aunque evite las comidas abundantes o con demasiadas grasas. Por eso tenga en cuenta los consejos de los especialistas:

1. Hablar poco y masticar mucho. No renuncie a una buena compañía y a una mejor conversación a la hora de comer, pero recuerde que los alimentos requieren una correcta masticación. Fíjese y observe si, cuando habla, tiene tendencia a comer más rápido o a no masticar como debiera e intente corregirlo.

2. Ni muy caliente ni muy frío. Las temperaturas extremas irritan la mucosa digestiva. Saque las bebidas de la nevera al menos media hora antes de la comida. Deje reposar las comidas calientes, y las sopas e infusiones el tiempo suficiente para que se templen.

3. Las emociones afectan la asimilación. El proceso de digestión jamás será el adecuado si en el ambiente en el que transcurre la comida se respira tensión. Ese tipo de situaciones pueden hacer que coma rápido, sin masticar; por no hablar de los nervios que pueden concentrarse en el estómago, provocando dolor. Procure evadirse de los problemas durante el tiempo que le dedica a la comida y no deje que nada le afecte.

4. La respiración también cuenta. Cuando se respira bien el estómago recibe mayor cantidad de oxígeno, con lo que realiza mejor su función. La respiración ideal es la abdominal.

5. Caminar 10 minutos. Hacerlo tras el almuerzo ayuda a tener una mejor digestión y a combatir eficazmente el estreñimiento.

6. Evitar los refrescos o beberlos con moderación para que los gases que contienen no se acumulen en el estómago y se unan a los que ya han ocasionado la fermentación de determinados alimentos. Además, el alcohol y el exceso de azúcar tampoco facilitan la digestión.

Escrito por: Beatriz García Cardona. Copyright © 2011 .  Con licencia de publicación a cargo del Grupo CHM Para Camino a la Grandeza.com.ve. Todos los Derechos reservados.